Inicio en el consumo en los primeros años de educación secundaria

"...Nahoum-Grappe (1994) sostuvo que “a la ebriedad se la considera cálida, animada, corporal y un modo socialmente reconocido de “consuelo”. Destacó que la escena de la intoxicación alcohólica se encuentra cargada de un doble vector interpretativo porque por más cálida que resulte debe reconocerse una dimensión mortífera subyacente. Si bien el término mortífero puede resultar un tanto radical, está claro que suele soslayarse la peligrosidad del consumo abusivo.

Los adolescentes que también consideran a la borrachera como un hecho natural se transforman en poco tiempo en bebedores de riesgo. Un porcentaje creciente  de ellos pasa de no probar alcohol, a un inicio precoz en el consumo mientras cursan los primeros años de secundaria. Ese salto se da en muy poco tiempo. Quienes recién se inician con el alcohol corren una serie de riesgos resultantes de la combinación entre su inexperiencia e inmadurez y los efectos del abuso de alcohol. Puede sostenerse que los más jóvenes son bebedores muy vulnerables

Otro aspecto preocupante es que el inicio del consumo suele pasar desapercibido para los padres. La mayoría se encuentra convencida que sus hijos no beben. Algunos se manifiestan alarmados por cómo toman los hijos de otros hasta que una madrugada reciben una llamada telefónica donde alguien les informa que uno de sus hijos se encuentra experimentando una intoxicación que requiere de la intervención de los adultos. La experiencia demuestra que los adolescentes que sufren un coma etílico no siempre son los más problemáticos"... 


Del artículo: "Trabajando en grupo: prevención con padres y alumnos sobre el consumo de alcohol" que integra: ALBÓNICO, G (comp) 2010 Otra voz en educación. El trabajo de los psicólogos en escuelas y liceos. Psicolibros-Waslala, Montevideo         
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A la hora de operar sobre el consumo de alcohol

 “…La percepción social acerca del consumo de sustancias psicoactivas se encuentra atravesada por un conjunto de creencias que se desarrollan en el campo de lo prohibido y lo censurado, pero que no siempre se sustentan en conclusiones debidamente fundamentadas. Algunos supuestos básicos de salud que se manejan se encuentran determinados por conceptos generales; por la intuición o por parámetros morales acerca de lo que “se debería hacer”. Las acciones que se desarrollan en el campo de la prevención o el tratamiento de los diversos consumos se  deben sustentar en planteos que hayan sido sistematizados y evaluados. Un desafío de nuestro tiempo es el de multiplicar los espacios donde, mediante un debate fundamentado,  los distintos enfoques se pongan a prueba.

En un tiempo en el que se aspira a la obtención de soluciones rápidas, que no siempre son posibles,  se debe estar alertas para no sucumbir a la tentación de creer que una temática compleja y rica en matices como la del consumo contemporáneo de alcohol entre los adolescentes puede ser abordada mediante propuestas educativas que resulten rápidas de implementar. Quienes procuren operar sobre el consumo, sean padres o educadores, deben dedicar un tiempo tanto para al análisis previo de lo que sucede con los adolescentes con quienes están en contacto como para planificar y desarrollar acciones que se deben desplegar y sostener  en el tiempo…”. 


 (Extracto de lo planteado en el prólogo del libro "La previa. El consumo de alcohol entre los adolescentes. Una guía para padres y educadores") 


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