"Nunca imaginé que el proceso sería así. Al principio antes de llegar hasta acá pensé que era una cosa de un día (como mucho dos) y que sería algo parecido a un cuestionario, así que cuando me enteré que todo el proceso tardaba de ocho a diez sesiones me sorprendí. Las primeras veces me sentí algo incómodo, es decir, me parecía que hablar sobre mi futuro con un extraño, sería un tanto complicado. Pero después me di cuenta que no era como pensaba y me fui soltando más.
Lo que trabajamos me gustó, y también me di cuenta de que antes de llegar acá estaba muy poco informado sobre lo que eran los diferentes trabajos. Me gustó conocer, y al mismo tiempo que conocía una ocupación, también me gustó verme haciendo eso, y así darme cuenta de lo que me gustaba y lo que no. En resumen, el proceso me ayudó a enfocarme directamente en lo que yo quiero para mi futuro, ya que antes de venir no tenía idea de nada. Me gustó trabajar así”.
Estas líneas las escribió, palabra por palabra, Joaquín, de dieciséis años, hace unos días cuando se le pidió que hiciera una devolución por escrito, de su experiencia al finalizar una orientación vocacional. El adolescente comenzó por identificar a la orientación como un proceso. Relató que concurrió a consulta creyendo que en un par de encuentros un “especialista” le daría el resultado de un cuestionario, donde se descubriría por donde viene su vocación. Joaquín esperaba que le hicieran un “test vocacional”, sin embargo recibió una propuesta diferente. Los abordajes en orientación vocacional han cambiado a los adolescentes o lo jóvenes que consultan se les ofrece participar de un espacio donde irán pensando acerca de su futuro, a partir del trabajo sobre algunos ejes temáticos. Lo abordajes actuales ubican a quien consultan el lugar de un protagonista que reflexiona acerca de sus proyectos de futuro. Por supuesto que quien consulta no reflexionará en solitario sino que lo hará acompañado por alguien que le propone una hoja de ruta. En el proceso no se comienza trabajando sobre la información ocupacional, pero como resaltó Joaquín, ésta juega un importante papel, en los procesos individuales o colectivos. De todos modos debe tenerse en cuenta que el trabajo informativo debe hacerse de forma gradual, procurando que no el joven no resulte agobiado por una información que puede resulta vasta. Joaquín relató como se cumplió uno de los objetivos del trabajo informativo: al aumentar el caudal y la calidad de la información que poseía pudo imaginarse desempeñando distintas ocupaciones. Ese fue uno de los elementos importantes que lo ayudaron a ir eligiendo y descartando.